Consejeros natos: ¡Tú lo que tienes que hacer es….!

consejeros natos

TU LO QUE TIENES QUE HACER ES…..

SI YO FUERA TU…………

¿Cuantas veces te han dicho o incluso has dicho esta frase a un amigo, un familiar o una persona cercana que en un momento dado, víctima de algún malestar, ha “venido a cuento”?

¡Confiésalo! Muchas, probablemente tantas que formen parte de tu día a día como algo normal, algo que te aporta o crees que aporta bienestar, al fin y al cabo es el comienzo de un tesoro tan importante como es UN CONSEJO.

Ahora reflexiona un poco sobre las últimas veces que te han dicho esa expresión y respóndete esto con sinceridad ¿ha servido de algo?

Seguramente NO.

Realmente dar consejos está bastante subvalorado, todos nos sentimos con la capacidad, la experiencia necesaria y sobre todo con la disposición firme de decirle a los demás lo que deben hacer sin pararnos a pensar en las consecuencias de tan atrevida acción.

Personalmente creo que dar consejos es muy peligroso, tanto que (aunque parezca mentira) trato de no hacerlo nunca por una razón muy sencilla: no me veo capacitada para hacerlo, me explico mejor con un ejemplo:

Una persona, la que sea, nos  cuenta que acaba de enterarse de que su pareja le ha sido infiel en repetidas ocasiones y con diferentes personas, pero que no sabe que hacer, que está muy confundida porque lo/a quiere muchísimo y cree que esta totalmente arrepentido/a.

Dime: ¿que te saldría decirle? venga suéltalo: tu lo que tienes que hacer es…. mandarlo a la mierda… perdonarlo…. pedirle explicaciones…. atarlo en corto…. (la respuesta dependerá, obviamente, de la persona que lance tan rotunda expresión)

Seguro que ya te has dado cuenta de por donde voy, cada una de las personas que dice TU LO QUE TIENES QUE HACER ES…. habla en función de sus características personales, desde la comodidad (o incomodidad) de su vida, de sus circunstancias vitales, de su posición familiar, social, económica… pero no desde las de la persona que cuenta la historia.

Por tanto ese CONSEJO solo es aplicable en el caso de que la persona que lo está dando lo estuviera viviendo en su propia carne (yo con mis circunstancias actuales, si me ocurriera eso que me estas contando….., pero siempre desde mi posición que, obviamente, dista mucho de la tuya) y probablemente tampoco seria útil porque sus circunstancias habrían cambiado.

¿Andrea me estas diciendo que si un amigo nos cuenta un problema no debemos decirle nada para ayudarle?

Por supuesto que no digo eso, si un amigo, familiar, conocido etc. está pasando un mal momento debemos mostrarle toda la ayuda que podamos darle, mostrarle nuestro apoyo y sobre todo debemos ¡ESCUCHAR!

Los seres humanos somos solucionadores de problemas externos natos, somos incapaces de, simplemente: mantener la boca cerrada, mirarle a los ojos, dar una caricia mostrando cercanía y escuchar a ese amigo que lo está pasando mal, nosotros, como solucionadores natos que somos,  en medio de la conversación solemos soltar la sentenciadora frase consejera por excelencia, sin darnos cuenta que lo que buscan en nosotros no es una solución, sino un desahogo, una forma de ordenar las ideas en su cabeza o porqué no, que seamos nosotros los que le ayudemos a ordenarlas, pero nada más, no buscan que le demos solución a su problema, en todo caso buscan ayuda para que ellos en función de sus circunstancias personales puedan tomar una decisión acertada.

Las personas inseguras suelen sufrir mucho con este tema, se ven incapaces de tomar una decisión sin tener el «consentimiento» previo de sus «consejeros particulares». Este tema es muy problemático porque nos impide tomar decisiones de forma correcta y autónoma, si es tu caso ponte en contacto conmigo.

Quiero ayudarte

 

Feliz día a todos y practicar el “NOCONSEJIN”.
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